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El sábado, un tercer vuelo con 157 ciudadanos mexicanos deportados desde Estados Unidos aterrizó en el aeropuerto de Tapachula, Chiapas, sumando 362 repatriados en los últimos tres días. Este flujo de deportados responde al endurecimiento de la política migratoria estadounidense. Las personas deportadas son recibidas por autoridades mexicanas, quienes les ofrecen apoyo en su retorno a su país, brindándoles una tarjeta del Bienestar con 2,500 pesos para ayudarlos a llegar a sus hogares, además de permitirles comunicarse con sus familiares a través de teléfonos disponibles.
El vuelo provenía de El Paso, Texas, y a bordo venían 25 mujeres, 127 hombres, tres niñas y dos niños. Algunos deportados denunciaron las duras condiciones en que fueron transportados, describiendo que fueron esposados y engrilletados durante el trayecto en los tres aviones que llegaron a Tapachula. Jorge Álvarez, uno de los repatriados, relató esta experiencia en el primer vuelo. Por su parte, Francisco Garduño Yañez, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), explicó que cinco aeropuertos mexicanos están autorizados para recibir a los deportados, incluyendo el de Tapachula, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Villahermosa, Toluca y Guadalajara.
El funcionario también comentó sobre la decisión de traer a los deportados a la frontera sur de México, a pesar de que algunos provienen de estados más alejados. Según Garduño, esta medida es un mensaje del gobierno estadounidense para inhibir la migración. Sin embargo, aseguró que el gobierno mexicano está cumpliendo con su responsabilidad de atender a los repatriados, proporcionándoles apoyo en su regreso a casa, donde algunos enfrentan sentimientos de tristeza, frustración y nostalgia, mientras que otros lo hacen con la esperanza de reunirse con sus seres queridos.
Además del apoyo económico y la posibilidad de contactar a sus familias, el INM facilita a los deportados el trámite de su CURP y otros documentos necesarios. En casos excepcionales, se les ayuda a comprar boletos de avión para quienes necesiten llegar a otras partes del país. Garduño también mencionó que las oficinas del INM en cada estado están vigilantes a la llegada de los deportados a las terminales de autobuses, garantizando que reciban la atención y apoyo que necesiten para reintegrarse a sus comunidades.
